El evangelio de Juan existe para hacernos conocer al que solamente se nombra por los cuentos del antiguo testamento. El Dios que se nombra desde el primer versículo de la Biblia ahora se puede conocer personalmente por el testimonio de sus discípulos.
Juan 1:1-2
1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
2 Este era en el principio con Dios.
“Los cuatro Evangelios comienzan colocando a Jesús dentro de un marco histórico, pero el Evangelio de Juan es único en la forma en que se abre. El libro de Mateo comienza con la genealogía de Jesús, que lo conecta con David y Abraham. Marcos comienza con la predicación de Juan el Bautista. Lucas tiene una dedicatoria de su obra a Teófilo y sigue con una predicción acerca del nacimiento de Juan el Bautista. Pero Juan comienza con un prólogo teológico. Es casi como si John había dicho: ‘Quiero que consideran a Jesús, sus enseñanzas y obras. Pero usted no va a entender las buenas nuevas de Jesús en su sentido más pleno a menos que lo ven desde este punto de vista. Jesús es Dios manifestado en la carne, y Sus palabras y acciones son las del Dios-Hombre.’»[1]
“Es bastante probable que uno de los objetivos de Juan fuera combatir las falsas enseñanzas de tipo doceta. Los docetas sostenían que Cristo no se había encarnado, es decir, tenía apariencia humana, pero no lo era.”[2]
